
Las lesiones ligamentarias de la muñeca son frecuentes en caídas y deportes. Provocan dolor, inestabilidad y pérdida de fuerza de prensión. Un diagnóstico temprano evita secuelas como inestabilidad crónica y artrosis. Este artículo explica cómo ocurren, cómo se diagnostican y cómo se rehabilitan, con pautas claras para cada fase.
Anatomía y función relevantes
Los ligamentos estabilizan los 8 huesos del carpo y su articulación con radio y cúbito. Actúan como correas que limitan traslaciones y guían el movimiento fino.
Ligamentos intrínsecos e intrínsecos clave
- Intrínsecos: unen hueso con hueso dentro del carpo. El más crítico es el escafolunar (ESL). También el lunopiramidal (LP).
- Extrínsecos: conectan antebrazo con carpo. Destacan el radiocarpiano largo y los cubitocarpianos.
- TFCC (complejo fibrocartílago triangular): estructura del lado cubital que estabiliza la articulación radiocubital distal. Lesiones aquí simulan “esguince” pero con dolor cubital y chasquidos.
Biomecánica básica
La muñeca combina flexo-extensión y desviaciones radial y cubital. Las cargas altas en extensión y desviación radial tensan el ESL. La prensión fuerte con antebrazo en pronación aumenta el estrés en TFCC.

Cómo ocurren las lesiones
Caídas sobre la mano extendida
La causa más frecuente de las lesiones ligamentarias y esguinces es la clásica caída en la que la persona se apoya con la mano estirada hacia adelante. Este mecanismo concentra la fuerza en la muñeca y puede abrir el espacio entre ciertos huesos (escafoides y semilunar), produciendo un esguince escafolunar. Cuando la caída se da con la muñeca desviada hacia el lado del meñique, suele afectarse más el complejo fibrocartílago triangular (TFCC).
Deportes de contacto e impacto
En disciplinas como fútbol, básquet o artes marciales, las caídas frecuentes y los apoyos para amortiguar choques generan microtraumas repetidos. También influyen las torsiones que se producen al bloquear o recibir un balón. Entre las lesiones ligamentarias más habituales de la muñeca en deportistas jóvenes están el esguince escafolunar, la lesión del TFCC, la fractura de escafoides y la inflamación de los tendones extensores.
Trabajo y actividades de riesgo
Ciertos oficios y tareas exponen la muñeca a movimientos bruscos, vibraciones o apoyos constantes, como ocurre en obreros, cocineros o trabajadores de logística. Aunque el uso de teclado y mouse no suele romper ligamentos, sí puede empeorar las molestias residuales en personas que ya han sufrido una lesión.
Clasificación. Tipos de lesiones ligamentarias

Tipos de esguince
- Grado I: el ligamento solo se estira sin llegar a romperse. Produce dolor leve o moderado, pero la articulación se mantiene estable.
- Grado II: hay una rotura parcial. El dolor es más localizado y puede notarse cierta laxitud en comparación con la muñeca sana.
- Grado III: el ligamento se rompe por completo. Se genera inestabilidad evidente, pérdida de fuerza y, en algunos casos, una ligera deformidad.
Lesiones ligamentarias más frecuentes
- Escafolunar (ESL): se manifiesta con dolor en la parte superior y radial de la muñeca (lado del pulgar), que aumenta al extender la mano. Puede sentirse un “clunk” o resalte al cargar peso.
- Lunopiramidal (LP): provoca dolor en el dorso cubital (lado del meñique), sobre todo cuando la muñeca se desvía hacia ese mismo lado.
- TFCC (complejo fibrocartílago triangular): causa dolor en el lado cubital, acompañado a veces de chasquidos. Se intensifica al girar una llave o al cargar peso con el antebrazo en pronación (palma hacia abajo).
- Lesiones combinadas: en traumas de alta energía, las lesiones ligamentarias pueden aparecer junto a fracturas de los huesos del carpo.
Diagnóstico clínico de lesiones ligamentarias
Historia y síntomas principales
El diagnóstico comienza escuchando la historia del paciente. Lo más frecuente es el dolor después de una caída o un golpe en el que la persona apoyó la mano. Ese dolor suele aumentar al extender la muñeca, girarla, desviarla hacia un lado o al apretar con fuerza. También pueden aparecer chasquidos, sensación de inestabilidad o inflamación localizada.
Cuando el cartílago y ligamentos del lado del meñique (TFCC) están comprometidos, el dolor se intensifica al girar el antebrazo o al cargar peso con la muñeca en esa posición.
Exploración física
En la consulta, el especialista utiliza pruebas manuales para reproducir o detectar la inestabilidad. Por ejemplo:
- Prueba del escafoides (Test de Watson): al mover la muñeca de un lado a otro mientras se presiona un hueso específico, puede sentirse dolor o un resalte, lo que sugiere lesión.
- Movimientos comparativos entre huesos vecinos: ayudan a identificar laxitud o dolor al contrastar con la otra muñeca sana.
- Signo de la fosa cubital: dolor al presionar la zona entre el hueso del cúbito y la base de la mano, característico de lesiones en el TFCC.
- Prueba de prensión: dolor al apretar con fuerza o al sostener peso con la muñeca girada hacia abajo, lo que también orienta hacia daño en el TFCC.
La comparación con la muñeca contraria es fundamental, ya que permite al médico diferenciar qué hallazgos son normales en esa persona y cuáles son patológicos.
Diagnóstico por imagen
Radiografías
Son la primera prueba que se realiza para determinar lesiones ligamentarias y esguinces. Permiten ver la muñeca desde distintos ángulos y detectar si existe separación anormal entre los huesos o cambios en la alineación. En algunos casos se pide al paciente cerrar el puño o mover la muñeca durante la toma para que las imágenes sean más sensibles a pequeñas inestabilidades.
Ecografía
Se utiliza sobre todo para observar los tendones y la presencia de líquido (inflamación o derrame). Puede sugerir desgarros parciales en estructuras superficiales, aunque no siempre ofrece la misma precisión para ligamentos más profundos.
Resonancia magnética
Es la técnica no invasiva más completa para valorar los ligamentos y el cartílago de la muñeca (TFCC). En ocasiones se emplea con contraste dentro de la articulación para mejorar el detalle en lesiones ligamentarias pequeñas.
Tomografía
Se solicita cuando existe sospecha de fracturas que no aparecen en la radiografía, como las del escafoides. También es útil en la planificación de cirugías o en lesiones crónicas con inestabilidad.
Artroscopia diagnóstica
Se considera la prueba más precisa cuando la lesión persiste o se planea una cirugía. Permite ver directamente dentro de la muñeca con una cámara e incluso tratar la lesión en el mismo procedimiento.
Tratamiento y rehabilitación de lesiones ligamentarias

Primeros cuidados tras la lesión
En la fase inicial, los especialistas buscan controlar el dolor y proteger la muñeca. Para ello suelen utilizar férulas o inmovilizadores que mantienen la articulación en una posición funcional, mientras se reducen los movimientos que implican carga o prensión fuerte. También se aplican técnicas de frío local en las primeras horas y se recurre a la elevación o compresión cuando hay inflamación. Dependiendo del caso, se pueden indicar medicamentos antiinflamatorios.
El tiempo de inmovilización varía según la gravedad:
- Lesiones leves (Grado I): requieren de una a dos semanas antes de iniciar la movilización.
- Lesiones moderadas (Grado II): pueden extenderse de tres a seis semanas.
- Lesiones graves (Grado III): cuando existe separación evidente, suele recomendarse cirugía temprana.
Recuperar la movilidad
Una vez que el dolor comienza a ceder, el siguiente paso es trabajar en la recuperación del movimiento. Se utilizan ejercicios controlados, con rangos suaves de flexión y extensión, además de prácticas destinadas a mantener la movilidad de los tendones. El avance depende de la disminución del dolor y de la reducción progresiva de la hinchazón.
Fortalecer la muñeca
Cuando la articulación ya tolera más actividad, la atención se centra en recuperar fuerza y estabilidad. Los programas de rehabilitación incluyen contracciones musculares estáticas, trabajo con bandas elásticas de distinta resistencia y ejercicios de propiocepción para mejorar la coordinación. Estos últimos suelen hacerse con apoyos parciales en superficies estables o inestables, con el fin de entrenar el control de la muñeca. Esta etapa puede durar entre cuatro y ocho semanas.
Retorno a la actividad y al deporte
Antes de reanudar las actividades intensas, se valoran criterios objetivos: movilidad y fuerza que alcancen al menos el 90% de la muñeca sana y ausencia de dolor en las pruebas de estabilidad. En deportes de contacto, es habitual que al inicio se utilicen vendajes funcionales o muñequeras rígidas. Los plazos de retorno son variables: entre 4 y 12 semanas en lesiones leves o moderadas, y de 3 a 6 meses en casos graves o tras una intervención quirúrgica.
Lesiones del TFCC
El complejo fibrocartílago triangular (TFCC), situado en el lado del meñique, también puede lesionarse. Cuando el daño es parcial y estable, suele manejarse con periodos de inmovilización y luego ejercicios específicos, sobre todo en los movimientos de giro del antebrazo. Si existe inestabilidad radiocubital distal o fractura distal de radio, a menudo se requiere cirugía artroscópica, con un proceso de recuperación que se extiende de 8 a 12 semanas.
Tratamiento quirúrgico en inestabilidades carpianas
En las lesiones más severas, donde se observa una separación marcada entre los huesos o daños combinados, la cirugía es la opción más utilizada. El objetivo es restablecer la estabilidad de la muñeca y permitir una rehabilitación más efectiva.
Complicaciones y señales de alarma
Posibles complicaciones
Algunas lesiones ligamentarias de muñeca, si no se tratan de manera adecuada o no evolucionan bien, pueden derivar en problemas a largo plazo. Entre ellos se encuentran la inestabilidad crónica, que genera dolor al apoyar peso o al extender la mano; la rigidez, que puede aparecer tanto por mantener demasiado tiempo la inmovilización como por forzar la recuperación demasiado pronto; y el síndrome doloroso regional complejo, un cuadro donde el dolor es muy intenso y desproporcionado, acompañado de cambios en la piel y la sensibilidad. En casos no tratados, puede desarrollarse artrosis en la articulación de la muñeca.
Señales de alarma
Es importante prestar atención si el dolor no mejora después de 2 o 3 semanas, si aparecen chasquidos dolorosos persistentes, si se nota pérdida progresiva de fuerza o si surgen hormigueos o adormecimiento en la mano. Estos síntomas pueden indicar complicaciones que requieren valoración médica.
Prevención práctica de lesiones ligamentarias
Técnica de caída
En deportes de riesgo, una de las medidas más efectivas es aprender a caer flexionando codos y hombros, evitando que todo el impacto se concentre en una muñeca rígida y extendida.
Uso de protecciones
En disciplinas como skate, snowboard o patinaje, es recomendable el uso de muñequeras o protectores que absorban el impacto, con el fin de disminuir la probabilidad de sufrir lesiones ligamentarias o esguinces.
Preparación física
Los programas de entrenamiento suelen incluir ejercicios de fuerza y coordinación para antebrazos y muñecas, sobre todo en pretemporada, con el fin de reducir el riesgo de lesiones ligamentarias.
Regreso progresivo
Después de una lesión, la carga debe aumentarse de forma gradual. Al inicio se evitan esfuerzos máximos de prensión o torsión hasta que la articulación esté más estable.
Ergonomía laboral
En trabajos que implican giros repetitivos o vibración, las pausas regulares y el uso de herramientas adecuadas ayudan a disminuir el riesgo de lesión.
Escenarios habituales
Esguince leve (Grado I)
Suele resolverse con un periodo corto de inmovilización y recuperación temprana del movimiento. La vuelta a la actividad ocurre entre la tercera y la sexta semana.
Esguince moderado (Grado II)
Requiere inmovilización más prolongada y un proceso de rehabilitación que puede extenderse hasta diez semanas. El retorno suele acompañarse de vendajes o soportes adicionales.
Lesiones ligamentarias graves (rotura de ESL o inestabilidad del TFCC)
Se estudian con técnicas de imagen avanzadas y, en muchos casos, se plantean cirugías mínimamente invasivas. La recuperación tras una reparación quirúrgica puede llevar de ocho a doce semanas o más.
Dolor persistente en el lado del meñique
Cuando el dolor se localiza en la parte cubital (lado del meñique) y se acompaña de chasquidos al girar la muñeca, suele relacionarse con lesiones del TFCC. En estos casos se utilizan órtesis que limitan el giro y se avanza de manera más lenta en la rehabilitación.
Conclusión
Las lesiones ligamentarias de muñeca requieren identificar el mecanismo de la lesión, determinar la gravedad y seguir una recuperación por fases. Los estudios de imagen como radiografías, resonancia o artroscopia ayudan a precisar el diagnóstico, y la rehabilitación estructurada es clave para volver a la función normal y prevenir complicaciones.

Soy una fisioterapeuta especialista en rehabilitación de la mano y la extremidad superior. Después de cursar mi carrera profesional en México y con 9 años de formación en el extranjero decidí regresar a Costa Rica para desarrollar un proyecto especializado de terapia de mano nunca antes visto en el país: Clínica CoramDeo.
